8/10/13

GPS, o cómo cualquier excusa es buena para defender la música en directo.

Como ya os dijo Elena  la semana pasada, hemos hecho una nueva sección en la que nos iremos turnando para escribir todos los martes. Una crítica a un disco, un artículo de opinión, una reflexión... digamos que estamos en tierra de nadie. Y más aún yo, que me encuentro a casi dos mil kilómetros de mi casa.
Tengo que reconocer que estoy un poco desconectada de todo, musicalmente hablando también. Sin embargo, si de algo he oído hablar estos días ha sido de la propuesta de Girando Por Salas.



GPS es una iniciativa que intenta promover la música en directo y ayudar a los artistas emergentes a llevar a cabo sus conciertos.
La de este año ha sido la cuarta edición y, en esta ocasión, serán treinta y seis bandas las que puedan disfrutar del circuito de salas.
A algunos de los grupos ganadores ya les conocemos, algunos incluso han pasado por aquí: Bravo Fisher!, Carlos Sadness, Mucho, Rufus T. Firefly, Izal... (y así otros treinta y uno).
Sin embargo, ya que a muchos os suenan estos nombres tanto como a mí, mucha gente se ha preguntado hasta qué punto es justo que bandas más o menos reconocidas se lleven esta ayuda, teniendo en cuenta que hay otras muchas con bastantes más problemas para "emerger".
En la lista de los participantes podíamos ver incluso nombres del tamaño de Xoel López o Leiva, a quienes admiro y respeto, pero... ¿alguien que casi llena La Riviera necesita ayuda para girar por salas? Me gustaría pensar que no. Me gustaría pensar que el público es lo suficientemente listo como para reconocer su calidad y demandar sus directos.
No me malinterpretéis, no he querido insinuar nada con esto, ya que todas las bandas, tanto ganadoras como participantes, cumplen los requisitos necesarios para estar donde están. Sin embargo, el hecho de que necesiten esta ayuda me da mucha pena. Me da pena que a la gente le cueste tanto salir de casa y pagar lo que les costaría una copa en una discoteca por ir a un concierto. Me niego a pensar que prefiráis el autotune de Juan Magán a las guitarras de Martí Perarnau y su tropa, o al buen rollo que transmiten Bravo Fisher! o Carlos Sadness en todos sus conciertos.
Me da pena que bandas como estas tengan que estar recibiendo apoyo del INAEM y no el nuestro, y que esto retrase a otras bandas que, ¿quién sabe? igual mañana podrían estar llenando el Palacio de los Deportes.

Apoyemos la música en directo, amigos, es una de las cosas más bonitas que tenemos. Ya que los políticos y las multis se lo están cargando, no lo estropeemos nosotros.

1 comentario:

  1. Creo que sé de unos que lo de "Me niego a pensar que prefiráis el autotune de Juan Magán a las guitarras de Martí Perarnau y su tropa" les va a encantar. Y yo estoy entre ellos

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