24/3/13

Por fin, Mumford & Sons

Después de haber vendido todas y cada una de las entradas para el inmenso Palacio de Vistalegre, tenían a todo su público contando los días, horas y minutos que quedaban para que diera comienzo uno de los conciertos más esperados a los que hemos asistido. Mumford and Sons por primera vez en Madrid y nosotras no pudimos faltar.

Todas las fotos por Victoria Espinoza.

Para empezar, decir, que cada una de nosotras vio el concierto desde perspectivas diferentes, y parece que vimos conciertos totalmente distintos.
Desde la grada, el panorama era algo desalentador porque desde ahí arriba, se veía la pista medio vacía, aunque a mitad de concierto reabrieron las puertas y dejaron pasar a más gente sin entrada de pista. En cualquier caso, en las gradas podía comprobarse la teoría que teníamos: no se iba a oír nada. Y en efecto, fue un concierto cuya pésima acústica por el lugar donde se llevó a cabo, venció sobre el esfuerzo o la calidad de los artistas. A mi entender, y espero que al de todo aquel que tuviera algo de devoción por este grupo, su directo perdió el 50% de su validez por cómo se escuchó, aunque estaba claro que era un concierto orientado al público de pista.


El ambiente pre-concierto ya era intenso porque el público amenizaba la espera con cánticos, olas en las gradas, palmadas etc.
Cuando por fin apagaron las luces, empezaron muy fuerte, con "Babel", single de su último disco con el mismo nombre. El público supo responder con la misma energía, sobre todo -cómo no- en la pista, donde se veía saltar a la vez a esa pequeña, pero gran masa de gente. Siguieron con ·I Will Wait" y la gente se seguía viniendo arriba. Las impresiones desde la pista, en cambio, eran totalmente diferentes. Cientos de personas se peleaban por conseguir situarse entre las primeras filas mientras saltaban y coreaban las canciones de los británicos, las cuales -a diferencia que desde la grada- se escuchaban a la perfección. La siguiente canción en sonar fue "Whispers in the dark", que sería la predecesora de dos de nuestras canciones favoritas por lo que significan para nosotras: "Holland Road" y "Timshel".
Enseguida llegó "Little Lion Man" para revolucionar a Vistalegre entero. Los de arriba, mirábamos entre fascinados y envidiosos el panorama de luces y gente disfrutando al unísono. Los de abajo, a su vez, mirábamos hacia arriba maravillados por el ambiente que se había creado, y es que con esa canción no esperábamos menos.


Este ambiente continuó casi hasta el final del concierto, mientras sonaban canciones como ·Ghosts that we know", "Awake my soul" o "Lover of the light", en la que Marcus se atrevió con la batería -y de qué manera-. No sólo hubo tiempo para la música, si no que también coquetearon con nuestro idioma y pudimos ver a un entrañable Marcus invitándonos a su "fiesta". Y para fiesta la que ellos montaron.
Después de un descanso más corto de lo esperado, los Mumford aparecieron de nuevo sobre el escenario, esta vez acompañados por las chicas de Deap Vally, las cuales se encargaron de telonearles y de dejar al público impactadísimo, con quienes tocaron la versión de The Band "Baby don't you do it".


El concierto estaba llegando a su final y nosotros lo sabíamos, pero eso no nos impidió disfrutar al máximo de las dos últimas canciones, "Winter winds" y la esperadísima "The cave", con la que finalmente explotó Vistalegre.

No sabemos a vosotros... pero a nosotras no se nos ocurre mejor manera de empezar la primavera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario